Eran varias ya las entrevistas que había tenido con la tutora, donde ella exponía que Bruno "era muy vago" que prefería jugar con el lápiz como si fuera éste un coche antes que trabajar y que casi nunca hacia los deberes. Que su escritura y su lectura eran muy pobres para un niño de 9 años (4to año), pero que se creía que era un problema que traía de casa.
Eran varias ya las veces que habíamos hablado Bruno y yo y no había manera de llegar a conclusión alguna. Muchas veces mi desmotivación variaba y hacia que me comportara de manera muy contraria a la que se sugiere en estos casos, así que muchas veces le castigaba, pensando que reaccionaria.
Paso un año de reuniones donde siempre se concluía que el problema era en casa, pasó un año de tormento donde todos sufríamos, yo no entendía que pasaba, él tampoco; pero siempre mantuve que le pasaba algo, y busque ayuda, no tenía dinero suficiente para ir al psicólogo así que intente hacerlo por salud publica, le pedí a su doctora y me envió a salud mental donde me dijeron que no tenia nada y le dieron el alta.
Se me iban acabando los recursos y aumentaba mi desesperación por encontrar respuestas.
Cuando Bruno tenía 10 años (5to año), un día llego a casa, y me dijo: " nunca tengo un punto verde por los deberes, siempre me ponen puntos rojos, yo me esfuerzo mucho, y por un deber que me olvido..." en ese mismo instante lloramos mucho los dos, porque yo entendí más que nunca que tenia que haber algo dentro de él que ni yo ni nadie hasta ahora habíamos sido capaz de ver.
Una mañana mi pareja descubre unos testimonios en Internet y me sugiere verlo y antes me dice..." creo que Bruno puede tener esto"....cuando vi. Con estos testimonios por un lado me derrumbe y por otro lado vi la luz!... al fin había gente que describía a Bruno tal y como yo lo veía!!
el posible diagnostico a nuestros ojos podría tratarse de Dislexia, que es igual a trastorno de lecto-escritura.
Un poco mas animada, mas cerca de alguna respuesta acudo al colegio a comentarlo... a partir de ahí todo se convirtió en una verdadera lucha con el colegio, donde se negaban totalmente que la situación de Bruno tuviera que ver con Dislexia.
Ya me pongo manos a la obra, y descubro la asociación de Disléxicos de mi provincia, en la cual acudo a ella, ya desesperada. Una vez allí, me encontré con gente con la que era posible, sentir apoyo, y mucho calor... me recibieron con los brazos abiertos pero de una manera muy natural, y normal, al parecer aquello les sucedía a menudo.
Al contarlo y a enseñarles notas escolares, agendas, dictados, y más cosas que tenía de Bruno, me dijeron que era muy posible que tuviera Dislexia pero que era mejor que lo viera el psicólogo de la asociación, así que comenzamos las citas.
Fueron varias las citas pero un solo diagnostico: TRASTORNO DE LECTO-ESCRITURA (DISLEXIA)
En la asociación además de orientaciones varias, de apoyo continuo tanto a Bruno como a mi ya que lo necesitábamos mucho después de tan malos momentos! nos dijeron algo que para mi fue una de las cosas que mas impacto causó en mi mente y mas fuerza me dio : "Nathalia, las cosas no acaban con el diagnostico, la lucha recién empieza" (mientras cuento esto se me caen las lagrimas) así que al salir de allí pensé, si esto recién empieza tendré que armarme de valor y tirar para adelante contra viento y marea! Comencé durante todo quinto año de Bruno, pedir las adaptaciones significativas en el aula, a reclamar todos sus derechos, siempre con la negativa de los profesores, aun con el diagnostico en la mano me seguían diciendo que Bruno no tenia dislexia; en el colegio fue muy difícil porque ellos jamás hicieron las adaptaciones y siempre se comportaron a la defensiva, era imposible dialogar. Manipularon las notas de Bruno poniendo un trimestre muy mal en "lengua" y muy bien al siguiente trimestre cuando todos sabíamos que en vez de evolucionar Bruno seguía involucionando.
Hubieron castigos contados por Bruno, por los amiguitos y reconocidos por el mismo profesor e inspector, castigos ilegales dentro del marco escolar como por ejemplo: sacarlo al pasillo con su propia silla y mesa y decirle que "le entrarían al aula de a un paso por deber hecho" por supuesto siempre acudí al centro cada vez que pasaban cosas de este estilo, y fueron muchas; en esa ocasión me dijo el profesor que "la caña le vendría bien" por lo que me fui indignada, enfadada entre otras cosas.
Tuve varias reuniones con el Inspector donde le pedía un cambio de centro, y todo seguía intacto se refugiaba en un argumento muy pobre en denominación, diciendo lo de siempre: el problema es que usted es una mama sobre protectora, los profesionales muy profesionales y su hijo muy vago. Así y en ese plan Bruno pasó igualmente a Sexto año.
Otra vez comenzamos el año, y en iguales condiciones, para resumir, todo seguía igual yo pidiendo cambio de Centro, hablando en la consejería de educación, elevando instancias, reclamando las adaptaciones a los profesores, y Bruno cada vez más desmotivado, más episodios de tristeza y de ansiedad.
Terminamos el ciclo 2009, con el fracaso escolar que conlleva no dar la educación que corresponde a estos niños con dificultades específicas repitiendo sexto año, con llantos y un muy mal momento de oír a Bruno decir cosas que me cuesta reproducir, pero cosas como que "se quería morir" o que "debía asumir que la dislexia era un grave problema para él". Llegó a llorar pidiendo por favor "que se les de un manual a los profesores de cómo enseñar a los niños disléxicos"… Fue muy, muy duro.
En el 2010 dos días antes de empezar el colegio, día viernes se me avisa que el cambio de colegio pedido por tercera vez, recomendado por profesionales se denegaba, hubo ciertas personas que no lo entendían y que pensaban que esto debería ser algo personal del inspector y me recomendaron que fuera a los medios y al defensor del menor, y que siguiera la lucha, así que eso hice, me puse en contacto con el presidente de la asociación de disléxicos y también con la trabajadora social a la que agradezco mucho del defensor del menor, puesto que habían sobradas razones para que al menos le dieran la oportunidad de cambiar de aire al pequeño gran Bruno.
Después de que había empezado el colegio en el mismo de siempre, se me comunica la semana pasada que se había firmado el cambio de centro porque eran más que suficientes las razones para hacerlo.
Hoy día Bruno esta con ojos más dulces con mirada más contenta con compañeros que la tutora reconoce tiene muchos con tdah, con dislexia y con hiperactividad, por lo que ella cree que él se adaptará bien y por lo que además ella está acostumbrada y que no le viene de nuevo.
Por otra parte desde el hospital, emergencia lo envío a salud mental otra vez porque tiene repetidos síntomas de ansiedad y depresión por lo que se le toma en cuenta y se lo envía a l psicólogo y psiquiatra, aún estamos esperando para ir a la primera cita del psiquiatra.
Como ven la "la lucha no acaba con el diagnóstico", pero merece mucho la pena, con este relato solamente intento transmitirles a todas las mamas y papas que están detrás de un niño o niña con dificultades específicas, que lo último que deben de pensar es en rendirse, que reclamen siempre los derechos, que apuesten por algo mejor, que siempre se puede cambiar algo por muy poco que sea, que a ellos con mucho amor se puede mejorar mucho su situación, que estimulen mucho su confianza y autoestima , que es importante que ellos sepan que se les apoya y que hay alguien en este mundo que les entiende, que si no están conforme con el colegio, que pidan por activo y por pasivo todo lo que crean que es conveniente para el niño o la niña, que les lleven material a los profesores aunque sepamos que algunos de ellos los acaben tirando a la basura, que insistamos con invitarles a conocer este mundo para que enriquezcan su carrera, la de profesores...
Hacer todo lo que este a vuestro alcance, no irse nunca a dormir pensando en si hubiera hecho esto o lo otro, ¡simplemente hacedlo! aunque cueste, hacer lo que sientan, no olviden que los niños no pueden por si solos, dependen de nosotros. Vosotros llorareis de rabia e impotencia, pero si con eso consiguen fuerza y una sonrisa de vuestro hijo por un pequeño cambio es suficiente para continuar... no desanimaros aunque tengáis todo el derecho del mundo, apoyaros en nosotros en gente que os comprenda y os de una mano que os escuche, pero al otro día continuar con más fuerza la lucha, ¡por vuestro hijo y por todos los demás niños!
Es muy importante para él o ella y para todos que se haga todo lo que este al alcance de nuestras manos, para que cada vez este mejor esto hará que aumente la confianza por parte de los niños y niñas hacia la familia, y que en su hogar encuentren paz y comprensión.
Yo no soy escritora y no sé muy bien cómo manifestar todo lo que siento, pero de algo estoy segura, se puede luchar aunque parezca que no siempre hay una lucecita al final del túnel.
Quiero agradecer a ...
Espero que os de ánimos para seguir LUCHANDO ¡vuestro niño o niña lo merece!
Un abrazo caluroso, mucha luz para todos.
Contad conmigo.
Nathalia 32 años
Mamá de Bruno 12 años