sábado, 7 de noviembre de 2009

EL SECRETO Y EL DESEO

Mi cabeza da vueltas en la encrucijada que me produce el sentir no poder más y el sentimiento de calma de que todo sigue su curso.

Los primeros resultados escolares, nuevamente vuelven a despertarme del letargo del verano. Siento que se me acaban las fuerzas, pero también reacciono con el recuerdo de lo que siendo muy niño, le dije a mi hijo "No vamos a tirar la toalla"

Hablo con las personas de mi alrededor y voy encontrando distintos puntos de vista y consejos. Todos ellos llevan a un mismo destino. Todos ellos estupendos, pero que no me terminan de quitar el dolor que ahora me embarga.

En mis correo, encuentro uno con un power point que abrí sin prestarle mucha atención, y que ha quedado en mi bandeja de recibidos. Me llama la atención porque habla del libro EL SECRETO.

El mensaje del power es claro: PIDE UN DESEO POSITIVO Y LAS FUERZAS DEL UNIVERSO SE CONJUGARÁN PARA QUE SE CUMPLA.

Cierro los ojos y mientras suena una suave música que me hace sentir relajada, pido el deseo:
¡QUE SEA FELIZ!¡QUE SEA FELIZ!

Entonces pienso en él, mi hijo, con sus trece años recien cumplidos. Y le veo sonriente, relajado, lleno de vida, y FELIZ.

Sí, ese es el deseo. Ese es el mensaje que año tras año, le transmito a su tutor/a:
LO MÁS IMPORTANTE ES QUE MI HIJO VAYA AL COLEGIO FELIZ.
Y una vez conseguido ésto, ...., que aprenda hasta donde llegue.
¡¡PERO SOBRE TODO FELIZ!!

martes, 3 de noviembre de 2009

¿UNA PASTILLITA?

Hace 6 años me plantearon la posibilidad de ofrecen una pastilla a mi hijo. Según me aseguraban, aquella ¿ANFETAMINA?, no le haría mal, sino todo lo contrario.

Tan desesperada me encontraba, tan perdida, que ... siempre pensando en el bien de mi hijo, decidí dársela.

Aquella mañana, tenía que empezar con media dosis, para ir adecuando su pequeño cuerpecito a aquella BOMBA DE RELOJERÍA. Y así comenzamos. Yo, convencida de que era lo mejor para él, porque le permitiría centrarse las horas que estuviera en el colegio. ¡Era como encontrar una luz en aquel oscuro laberinto!

Y junto con sus libros, preparé unas cuantas de aquellas pastillas y una nota para indicarle a su profesora las pautas de administración.

Casualmente aquel día me encontré a su tutora camino del colegio, y le entregué la nota que yo había escrito, junto con las pastillas. ¡Quién sabe por qué olvidé la receta médica en casa!

La mañana fue pasando y me sentía inquieta. No paraba de pensar en mi hijo. ¿Cómo le iría? ¿Era lo más acertado? Tanta ansiedad me creo, que tuve que salir de la oficina a callejear para poder aliviar la tremenda ansiedad que se estaba apoderando de mi.

Regresé al despacho y de forma precipitada llamé al colegio. Hablé con su profesora y le pedí que por favor no le diera la medicación. Ella, con muy buen acierto, me dijo que no pensaban administrársela ya que no iba acompañada de la receta del facultativo. ¡Respiré aliviada!

Hoy, nuevamente, me proponen, para reducir su déficit de atención, volver a dársela.

No me atrevo. NO, NUNCA SE LAS VOLVERÉ A DAR.

No, mi hijo no tomaría eso.

Sé que escolarmente, aquellas pastillas le habría ayudado mucho, pero el miedo a los efectos secundarios que pudieran derivarse, no me permitieron arriesgarme.

Ahora, aquellas pastillas han cambiado, tienen otro nombre, pero siguen siendo ¿ANFETAMINAS?

Ojeando por internet, he encontrado ésto:

"Desde un 70% hasta un 80% de los/as niños/as tratados/as con estimulantes responden positivamente, el resto, o no responde o muestra efectos secundarios graves (Pliszka, Carlson y Swanson, 1999). A pesar de los efectos positivos a corto plazo y el bajo coste de este tratamiento, el uso de estimulantes está rodeado de una gran controversia.

Por un lado, se puede producir el fracaso de la medicación; por otro lado, pueden aparecer efectos secundarios como: insomnio, falta de apetito, pérdida de peso, irritabilidad, dolor abdominal, dolor de cabeza y adormecimiento; y por último, puede que los sujetos experimenten preocupaciones y pensamientos innecesarios al someterlos a este tipo de tratamiento. Todo esto ha conducido a cierto grado de rechazo por parte de muchos padres y
profesionales, agravándose todavía más esta situación si se tiene en cuenta, que se desconocen los efectos a largo plazo que puedan producir este tipo de tratamientos."

Te recomiendo que visites este blog http://pequeshiperactivos.blogspot.com/
 y que descargues el fichero al que hace referencia y que trata de un reportaje de niños que quieren dejar la medicación, para volver a ser NIÑOS, para volver a ser PERSONAS.

"Algunos chicos gritan en sueños. Pero Adrián quiere librarse de esa pastilla, quiere intentarlo."

He encontrado esta página http://www.ritalindeath.com/